¡Te alabo, excelso redentor, fortaleza de mi vida!
¡Te alabo, estrella de la mañana, rey de la equidad!
Eres hoy y por siempre serás la luz que prodiga
¡La esperanza para un ardiente sueño de libertad!

Todo lo que existe, lleva tu esplendor;
Todo lo que existe, surge a través de tus ordenanzas
Que de la nada produce bellas creaciones con amor
Y en nuestras almas una lluvia de bienaventuranzas.

Bajo el honor y gratitud, quiero que seas mi guía...
Me enseñas en loor a conocer tu fuente de sabiduría
Para entonces refulgir en mi ser tu gracia preciosa.

Quiero que seas, aunque yo venga a desfallecerme,
La fundación que siempre habrá de fortalecerme
¡Sembrando en mi ser tu verdad maravillosa!